Desde el gol que marcara ante el Nápoles en octavos de final de la Champions el pasado 8 de agosto, el crack argentino sólo había visto puerta desde la pena máxima.
Leo Messi sumaba esta temporada, antes del partido contra el Betis, un total de cuatro goles, todos ellos de penalti: Villarreal, Ferencvaros, Juventus y Dinamo de Kiev. Y ante el Betis parecía que no iba a cambiar la dinámica de este curso: marcaba su quinto penalti en el minuto 61.
Pero en el minuto 82, y cuando el equipo verdiblanco más apretaba tras el gol de Loren que ponía el 3-2 en el marcador, llegaba el taconazo de Sergi Roberto y el gol de Leo Messi, tras un violento remate, empujado con toda la rabia del mundo, que entró como una exhalación en la portería defendida por Claudio Bravo.