El día en que Leo Messi ha sido suplente de inicio ante el Betis, Antoine Griezmann tenía la oportunidad de oro para reivindicarse en la posición que venía reclamando hace tiempo, pero el francés sigue gafado y para colmo falló un penalti cometido sobre Ansu Fati. Transcurrida la media hora de juego, el joven Fati se internó en el área siendo derribado claramente por Mandi. Entonces se produjo una situación poco habitual. La de elegir el lanzador del penalti en el FC Barcelona. La ausencia de Messi obligaba a elegir un nuevo encargado de tirar la pena máxima y fue allí donde Antoine Griezmann asumió responsabilidad y galones. Toda la valentía que tuvo al lanzarlo se convirtió en desgracia al errar el disparo. El francés tiró a media altura, colocado a la derecha de Bravo, pero sin la suficiente fuerza para marcar, logrando el meta chileno despejar el tiro con una buena estirada.
Antes, Griezmann había fallado dos ocasiones clarísimas de gol. Dos situaciones ante el portero que un delantero de su nivel no suele fallar. Lo que podía haber sido un ‘hat-trick’ se ha convertido en tres errores de bulto considerables que nublan todavía más el papel del francés en el equipo azulgrana.