No está teniendo un buen invierno Leo Messi, cuyo estado de ánimo suele ser, por extensión, el del equipo… y casi el del club. Al argentino se le ha apagado la luz desde la lesión de su inseparable Suárez, hasta el punto de encadenar ya cuatro partidos de Liga sin marcar, 31 remates del zurdo sin encontrar la red, 15 de ellos a portería. Va camino de su peor racha histórica, que fue de septiembre a febrero, con una lesión de por medio. Ocho encuentros, 39 remates, 11 a portería. Por tanto, Messi nunca había agotado tantos disparos a puerta sin marcar.
Su partido contra el Getafe se mantuvo en la línea de los últimos disputados, casillero de goles a cero, fallando en jugadas en las que suele ser infalible, como el mano a mano con Soria cuya vaselina fue tímida a las manos del portero. Tampoco acertó de cabeza tras una gran asistencia de Griezmann. Acabó son seis intentos y dos a puerta, los referidos, prolongando el bache anotador.
Las asistencias de gol, que ya son 12, ayudan a tapar una racha preocupante para el Pichichi, que sólo suma 14 goles en 24 jornadas (se perdió cinco), su peor dato liguero desde la 13-14 (el año del Tata Martino, en el que estuvo lesionado siete partidos) y su segundo peor registro desde la 07-08, antes de su eclosión.
Si nos retrotraemos a las últimas nueve jornadas, Leo sólo marcó a Alavés y Granada. En 10 partidos de Liga esta temporada no ha marcado, por los nueve en los que sí vio puerta. Es decir, que a estas alturas del curso, ha habido más encuentros de La Pulga sin gol que con gol, algo habitual en el resto de los jugadores, pero no en él.