Con el máximo secretismo y evitando pasar por las instalaciones del Camp Nou la víspera del partido después de que el presidente Aurelio de Laurentiis lleve bastantes días clamando contra la UEFA por una seguridad sanitaria que el FC Barcelona y la Conselleria de Sanitat de la Generalitat de Catalunya ven fuera de toda duda, el Nápoles se ejercitó ayer por la mañana en su ciudad deportiva de Castel Volturno antes de tomar un vuelo chárter rumbo a la Ciudad Condal por la tarde y concentrarse en el Hotel Gran Marina, de donde no saldrán hasta aproximadamente dos horas antes de iniciarse el envite en el Estadi.
Al avión, como ya se daba por sentado días antes, se subió Lorenzo Insigne, estrella del conjunto partenopeo, que el sábado pasado sufrió una lesión en el adductor izquierdo durante el 3-1 al Lazio , último partido de una Serie A en la que el Nápoles finalizó séptimo.
Tras haberse entrenado con un plan individualizado a inicios de semana, el italiano figurará en el once inicial con un 4-3-3 como dibujo en principio en que el granadino José Callejón y el belga Dries Mertens se perfilan como favoritos para completar el ataque.