El holandés debuta este sábado ante el Nàstic (19:00) en medio de una alta expectación por conocer las nuevas coordinadas del Barça de la evolución. No piensa en un equipo que gire sólo alrededor de Messi y quiere aplicar una cultura del esfuerzo.
Los amantes de la táctica tienen desde hoy, cuando el Barça 2020-21 se estrene ante el Nàstic (19:00 horas), un aliciente. Saber cómo ordenará Ronald Koeman un equipo envejecido que se ha organizado alrededor de Messi desde el año 2008 pero, especialmente, desde 2012 y, ya de manera extrema, a la llegada de Valverde. Pese a contar con Messi finalmente, este Barça es una incógnita mayúscula.
Koeman, al que espera un trabajo de gigante, quiere que el argentino “forme parte de la evolución”, no que sea el único referente. Otra cosa es que eso sea posible después de años de un juego unidireccional que sólo ha mirado al argentino. Bien hecho, podría beneficiar a todas las partes. Jugadores que han estado ensombrecidos por el brillo de Messi podrían expresarse más y mejor en el campo: gol en Griezmann, peso en el juego de Pjanic, más ritmo con De Jong. Eso también podría descargar de responsabilidad al seis veces Balón de Oro, que ha dado la sensación de estar harto de meter peso en su mochila. A sus 33 años, además, Messi empieza a necesitar piernas e ideas que le ayuden.