Acabada la temporada 2019-20, algunos datos ayudan a definir ciertos porqués del rendimiento global del equipo, muy por debajo de la pasada campaña en la que el 4-0 en Liverpool y la final de Copa perdida ante el Valencia fueron los únicos aunque enormes borrones. Marc-André ter Stegen ha acabado como líder de minutos con 50 goles encajados en 46 partidos, siete tantos más que la pasada campaña en tres encuentros menos. Por tanto, de 0,87 de media a 1,08 del alemán, más vulnerable como el resto del equipo (de 0,93 a 1,17).
En ataque, también ha ido a menos la producción: de 2,3 de promedio a 2,15. Leo Messi ha pasado de meter 51 goles entre todas las competiciones a 31 con los mismos (5) de penalti. Jordi Alba dio 15 asistencias de gol el curso anterior por siete (cuatro en el último mes y medio) en este y tan solo una de ellas a Messi menguando así una sociedad letal.
Gerard Piqué sigue siendo insustituible con un rendimiento más que notable al repetir como jugador de campo con más minutos (3.986 en 45 partidos, siempre de titular) en un Barça que ha jugado nueve duelos menos (de 60 a 51) por los nuevos formatos a partido único en Copa y Champions a partir de cuartos, ronda no superada en ambos torneos.
Y Antoine Griezmann, fichaje estrella de la temporada, ha sido el que más partidos ha disputado (48 de los 51 citados del equipo) pero siete como suplente, incluidos los decisivos en Liga contra Sevilla y Atlético y el del Bayern por decisión de Quique Setién.